El adobo al ajillo está aquí para salvarte. Este es el plato que hace que parezca que tienes conocimientos culinarios profundos, cuando en realidad lo único profundo es la cantidad de ajo que lleva.
Más fácil que poner excusas para no hacer ejercicio. Solo necesitas cerdo, ajo y ganas de impresionar sin hacer mucho. Así que, ponte el delantal (aunque sea solo por estética) y prepárate para recibir elogios como si hubieras inventado el cerdo tú mismo.
Ingredientes
1
9 dientes
1
150 ml
1 hoja
1 rama
2 ramas
Lomo de cerdo
Ajo
Limón
Vino blanco
Adobo mágico
Laurel
Tomillo
Romero
Paso 1
Troceamos el adobo en trozos de bocado
Paso 2
ponemos todo el adobo en un bol, añadimos una cucharada de adobo mágico y embadurnamos bien el adobo en el.
Paso 3
En una sartén honda ponemos abundante aceite de oliva y añadimos los 9 dientes de ajo sin pelar a freír a fuego medio. Los dejamos 10 minutos hasta que estén bien dorados.
Paso 4
retiramos los ajos y reservamos.
Paso 5
En el aceite de dorar los ajos empezamos a freír el adobo por tandas, con el aceite bien caliente, casi a punto de humo, dejamos freír el lomo unos 5 minutos a fuego medio/fuerte.
Queremos que quede bien dorado y crujiente.
Paso 6
En otra sartén, vamos poniendo el adobo frito, hasta que tengamos todos los trozos bien dorados.
Paso 7
Ponemos los ajos fritos, pelados, en un mortero.
Paso 8
Añadimos el vino blanco y el zumo del limón y hacemos una majada.
Deja el vino barato para otra ocasión, aquí vamos a por todo.
Paso 9
Ponemos la cazuela del adobo al fuego de nuevo, añadimos la majada de ajo y vino y con el fuego medio/alto empezamos a remover.
Paso 10
Una vez hecho lo sacamos a una fuente y dejamos reposar un poco.
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