La costilla de ternera es una carne ideal para las cocciones a baja temperatura. El proceso hace que se vuelva gelatinosa y tierna.
La acompaño con una salsa de vino que le va de cine.
Ingredientes
4
1 cda
1 cdta
1 vaso
2 dientes
40 grs
Costilla de ternera
Sal ahumada
Pimienta
Vino tinto
Ajo
Mantequilla
Paso 1
Adobamos las costillas con la sal ahumada, le da un toque a leña increíble, y pimienta negra.
Las envasamos al vacío y las guardamos en la nevera entre 4 y 12 horas. Yo las meto una noche entera.
Paso 2
Las metemos en un baño de agua a 65º durante 30 horas.
Paso 3
Una vez terminado el proceso de baja temperatura nos ponemos con la cocción final.
Como siempre, si no vais a utilizarlas de inmediato, las hay que enfriar para evitar que proliferen las bacterias que pueden arruinarnos el plato. En un bol con agua y hielo durante una hora y luego a la nevera.
Paso 4
Aprovechamos los jugos de la cocción y los ponemos en una olla con al mantequilla. el vino tinto y los ajos partidos a la mitad.
Paso 5
Reducimos a fuego fuerte hasta que nos quede una especie de melaza. Rectificamos de sal, quitamos los ajos y reservamos.
Paso 6
Untamos las costillas con salsa y las ponemos en una bandeja antiadherente.
Calentamos el horno al máximo que dé, el mío a 250º, y metemos las costillas 10 minutos por cada lado, 20 en total.
Las sacamos del horno y las dejamos reposar tapadas 10 minutos.
Paso final
Servimos calentitas.
Para presentarlas, podéis meter cuchillo y separarlas del hueso, salen solas, colocamos la carne atravesada sobre el hueso y añadimos un poco de salsa de vino por encima.
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