Chipirones fritos
Este plato es uno de los que más recuerdos me trae de cuando era niño.
Creo que recuerdo todas las personas que lo hacían a lo largo de esos años que me quedaron grabados en la mente, Maruja en el bar de Verdicio, Belén de Casa Anita, los hacían de manera sublime. Creo que allí donde los veo en la carta no me puedo resistir a probarlos, y aunque los he comido muy buenos, nunca han llegado a su nivel. También en esas cocinas hay un elemento emocional que difícilmente podrá compensar ningún otro sitio del mundo.
Hoy los hago a mi manera, que ni de cerca se aproxima a los suyos, pero que me quita el «mono» de comerlos.
Ingredientes
1,5 kg
100 grs
1
1 cda
1 vaso
Chipirones
Harina
Huevo
Maizena
Agua helada
Sal
Paso 1
Le pedimos al pescadero que nos limpie los chipirones. Pero, y esto es básico, los relimpiamos en casa, les damos la vuelta como a un calcetín y los dejamos como los chorros del oro.
Paso 2
Los troceamos en aros de 2 cms mínimo y los salamos ligeramente.
Paso 3
Preparamos la mezcla para rebozarlos. Yo los hago con una tempura clásica.
Ponemos un huevo en un bol y le añadimos agua helada, lo más fría posible.
Removemos un poco, que no quede demasiado batido.
Paso 4
Tamizamos las harinas sobre el huevo y revolvemos hasta que nos quede una masa ligera.
Paso 5
En esa masa ligera, vamos bañando los chipirones.
Ponemos AOVE en una sartén honda al fuego y calentamos a punto de humo.
Paso 6
Vamos añadiendo los chipirones, al aceite caliente, de pocos en pocos, para que no nos enfríen el aceite y se doren bien, porque si no se cuecen y el rebozo queda como un pegote grasiento.
Los vamos sacando y los ponemos en una bandeja con papel de cocina para que absorba el exceso de grasa.
Paso final
Servimos calentitos, con una rodaja de limón, un poco de mahonesa, alioli, o con todo.
Se te salta la boina.